Hace algún tiempo en el pasado leí en el face de una amiga
que “no depilarse es mejor que cualquier anticonceptivo”. En ese momento me pregunte a mí misma ¿Misma que tanto te importan los pelos en el acto amatorio?
La respuesta fue “negra da lo mismo no has entrado al ring de cuatro perillas
desde antes de los dinosaurios y cómo va la cosa, eso no va a cambiar antes de
la segunda llegada del señor (eso fue sarcasmo si es que no se notó, recuerden
que no creo en él). Bueno eso fue todo lo que pensé sobre ese tema y no fue
hasta hace poco que luego de negarme a que un regio lolo tomara mi florsh que volví
a reflexionar sobre esto.
En esa noche estaba todo dado para el éxito: estábamos
solos, decentemente ebrios, sin límites horarios, me dio un beso inesperado, se
lo respondí, pero hasta allí quedo todo. Él quería acariciar mi pequeña tortuga
y no lo deje. Me dio pudor que en lugar de encontrar una linda florsh
encontrara un bosque salvaje. Como fue algo inesperado no había ido a ningún
salón depilatorio, ni había recurrido a mis armas caceras que cumplen la misma función, pero que el efecto dura menos.
Aunque reconozco que cuando me dijo que asistiría al mismo lugar que yo imagine la remota, lejana, very very far away posibilidad de que algo así
podría pasar, pero siendo brutalmente y peludamente honesta me dio paja tener
que hacer un show para extraer mis indomables pelos. Aunque en una doble
reflexión pienso que si hubiera sido alguien que realmente me importara y
gustara igual lo hacía. Ya, finalmente luego de juguetear un rato me aleje un
poquito, fui al baño y me demore adrede, y cuando volví fingí tener mucho sueño,
sentirme un poco mal y me hice la dormida.
Para algunas mujeres no existe la posibilidad de andar
aunque sea con un cañonsito por la vida y dentro de su presupuesto mensual
están esas dos sesiones mensuales para mantener a raya sus vellos decorativos.
Para otras pasar por la camilla de depilación es algo que reservan solo para
cuando algo interesante está por venir. Otras en cambio, solucionan este
problema en la comodidad de su hogar con la prestobarba o la cera recalentada
(ya con pelos de la depilación previa y la anterior y la previa a la
anterior) o algún otro producto similar.
En cambio para otras, las menos, los pelos no son algo porque preocuparse, ya
sea porque no tiene o porque les da lo mismo que otros las acaricien felpudas.
Reconozco ser una mezcla entre la segunda y tercera opción:
entre que me depilo solita en la intimidad de mi baño y entre que voy a mi
depiladora caribeña cuando la noche se viene wena. Hay veces que pasan semanas
y dejo que la naturaleza fluya indómita por mi cuerpo, pero eso solo es por
poco, después de un rato me molestan. Además eso ocurre generalmente en
invierno, ya que en verano los pelos no están permitidos. Entre los shores cortos
y la chala, los pelitos no son bien
vistos.
Las veces que he viajado a lugares donde hay viajeros de las
Europas es fácil ver a las chicas altas, rubias, wapas, con sus clásicos shorts
verde musgo, sus botines y sus pelos que imagino las han acompañado desde su
nacimiento. Es un tanto extraño cuando, una la latina
morenita, las observa nos sentimos avergonzadas por ellas y sus pelos, en cambios
ellas se sienten cómodas y con full actitud de wapas por la vida.
Por otro lado, para los hombres es todo un tema. Hace unos
días vi una encuesta que les hacían a diferentes hombres sobre que opinaban de
las mujeres que se negaban a depilarse y eran bastante tajantes al decir que
les parecía hasta asqueroso que una mujer no se depilara. Hablaban de las
diferencias entre las acaricias a la pierna peluda y la pierna pelada, de los roses íntimos
y hasta de lo bonito o feito que se veía una axila con pelitos. En
conversaciones con amigos es el mismo asunto todos concuerdan de que les importa
mucho (o por lo menos así lo demuestran de la boca para afuera)
Ya en la intimidad de una pareja, cosa que recuerdo
vagamente como es, el asunto de la confianza, la comodidad y la rutina, hacen
que una agarre papa y que en momentos se olvide de echarse una manito de gato
para hacer más monono el asunto. Una amiga para no caer en estas monotonías un día
caminando por Santiago se encontró con un centro depilatorio entretenido, en el
cual puedes hacerte diferentes tipos de diseños en tu querida zona púbica, ella
como fanática de David Bowie se hizo un rayo, luego al mostrárselo a su pareja
pudieron disfrutar de su música y su estética.
No sé si en Antofagasta hay de
estos diseños, pero lo que es yo en pareja era bien fomesilla en ese asunto, lo
que prometo, para futuros prospectos de novios, no serlo más. Después cuando
entre al mercado del solterismo por primera vez como persona adulta, me di
cuenta que tenía que tomar una actitud más scout y estar lista para cualquier ocasión. Es así como comencé a ir con cierta frecuencia a depilarme en un local cerca de
mi casa. El chiste es que comencé con la pierna completa y un discreto rebaje, ahora ultimo mi
pequeña tortuga cada vez tiene un look más hitleriano.
Finalmente el gusto es cosa de cada uno y la comodidad
femenina no se puede resumir en una generalidad. Una vagina peluda o pelada
sigue siendo vagina digna de ser querida, besada y respetada.
Yo soy tan selectivo en eso que cada vez me doy cuenta que mas dificil se me está haciendo encontrar alguna olla donde poder remojar el cochayuyo...
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