Para algunos el concepto amor tiene directa
relación al concepto dolor/sufrimiento.
Siendo más específica hay personas que sienten que llegaron a la meta de
entregar su cuerpo, alma y corazón solo cuando sienten que la parte palpitante
de este trió dinámico se la están arrancando del pecho con las manos, sienten
que sus lagrimas se agotan después de un infinito llanto y solo se manifiestan
de forma de grito o sollozos casi inentendibles. Así también, es el caso de muchas mujeres que creen que el concepto amor no tiene mucho que ver con algún sentimiento, sino
más bien con un ideal de estabilidad y familia.
Por lo que he visto en mujeres de mi
familia y personas cercanas, en generaciones pasadas el acceso a la educación
o independizacion para una mujer era algo difícil de conseguir, en especial si
no contaba con los recursos económicos, por ende varias de ellas lograban progresar en la vida solo si se sometían al
“sagrado” lazo del matrimonio, ya que hacerlo sola además de ser difícil era
mal visto.
Muchas de ellas se ilusionaban rápidamente
con algún jovencillo buen mozo y con un buen futuro que les prometían el cielo,
el mar, la tierra y además le habla como un caballero. Posterior a eso tenían
un lindo pololeo, compartían momentos inolvidables (de esos tiempo he visto
varios en fotografías ochenteras/setenteras de diferentes parejas), pero
lamentablemente estos momentos duraron poco años y después de descartucharse,
entraban en confianza a mostrarse su verdadero "yo" que no era muy agradable. Discusiones,
gritos, portazos, platos quebrados, llantos, eran parte de la dinámica de
algunas familias durante los 90s. Los que ya tenemos más de 25 años podremos
recordar sin mucho cariño esos episodios familiares encerrados en el baño o la
pieza.
Pasaron décadas y algunas de esas
“diferencias” que causaban esos “incidentes” dejaron de ser tan graves. Esas
parejas ahora son mayores y no tienen la misma voluntad de discutir como antes
y en conversaciones familiares con mirada retrospectiva he escuchado decir a la
matriarca de la familia cosas como “el no me dejaba pintarme, pero yo igual lo hacía”
orgullosa como desafiando alguna ley marcial. También he escuchado parejas
decir “con los años hemos mejorado mucho nuestra relación” y a las horas
gritarse “eres hueona o te haces?, sabes que no me gusta esta cuchara para
tomar te”
Es como si estas parejas crearan un pacto
de aguantarse, odiarse y amarse en público para sacar adelante una familia que
ni siquiera los soporta a ellos. Podría jurar que el dicho “estamos juntos por
lo niños/familia” surge desde allí, asi también la ironia de que el resto de la
familia preferiría que se separen “y que se dejen de webiar”. Finalmente los
niños crecen se van de la casa y ellos siguen juntos alegando que siempre se
amaron y de que se siguen amando.
Si hago memoria realmente son pocas las
parejas que conozco y tuvieron un buen pasado y un buen presente. La mayoría de
las parejas que conozco se odian por años y discuten incesablemente insultándose
sin importar quien los escuchara o incluso llegando hasta los golpes.Quizás por eso cuando tuve mi primer gran
fracaso amoroso (lo llamo fracaso ya que le tenia mucha fe en algo que termino
siendo un desastre) unos parientes cercanos lo primero que hicieron fue normalizar
lo que había ocurrido (cosas que jamás deben ocurrir en una convivencia)
diciendo que son etapas que viven las parejas que hay que superarlas con amor y
hay que hacer sacrificios (en mi caso ser mas sumisa) para estar en pareja. Con
los meses me di cuenta de la estupidez mía en tratar de seguir un consejo como
ese después de lo que pase en esa relación, pero siendo empática entiendo el
origen de su consejo y comprendo que ellos han vivido de esa manera casi 30 años
y aun siguen juntos a pesar de sus humillaciones y malos tratos mutuos, por lo que piensan que esa es su receta mágica para una vida familiar.
He conversando con varias amigas sobre
esto, ellas también han visto a sus padres, tíos y familias amigas conviviendo
como enemigos durante años y ya de viejos supuestamente mejor siguen tratándose
como la mierda. Ellas también creen que indudablemente este es uno de los
factores por los cuales algunas tenemos la tendencia a cagarla cuando estamos
en pareja, escogemos al peor de la fiesta para establecer algún tipo de
relación, tenemos una reacción confrontacional, a la primera palabra un decibel
mas alto que el nuestro gritamos como chancho en el matadero, ya que jamás nos
tiene que pasar lo que vimos durante en nuestra infancia e incluso es mas
algunas de nosotras ni siquiera estamos dispuestas a realizar labores domesticas
básicas solo para no vernos disminuidas frente a un hombre.
Tengo
más que presente que toda pareja pasa por sus altos y sus bajos, y siempre
existe la lucha por mejorar una relación, pero una lucha excesiva y casi
obsesiva es un claro signo de que algo no está bien y si ha sido mucho el
esfuerzo que se ha puesto y no ha mejorado, es bastante difícil que se pueda
arreglar sin seguir haciendo daño.
No puedo negar que a meses de cumplir 27
años me siento con más miedos que nunca. Miedo de emparejarme con algún tipo con
quien en un comienzo nos llevemos bien, pero luego se transforme en un
desconocido que no entienda quien soy, que no me aprecie ni valore. Miedo de mi
constante estado a la defensiva para no dejarme llevar por nadie. Miedo a
terminar aferrada a alguien que no quiera por la fuerza de la costumbre y por
el miedo a volver a fracasar. Pero a pesar de mis miedos sé que no soy mis
antepasados, ni estoy obligada a cometer los mismo errores, además también se
que ese sentimiento llamado amor no debe estar pegado con mocos al sufrimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario