A raíz del sismo ocurrido en la tarde de hoy en la ciudad de
Iquique, creo que es primera vez en mi vida que veo tanto tiempo el nombre de
esta gloriosa ciudad en televisión, dejo en claro que algunos canales no le dio
más que un extra de 5 minutos aunque en otros se extendieron y trataron de
profundizar en lo que estaba ocurriendo. A pesar de lo alarmista de los noticiarios y
la prensa en general, los iquiqueños estaban tranquilos, sabían que tenían que
hacer, los sismos no son novedad, además siempre han estado viviendo bajo el
fantasma de un supuesto tsunami ¿Cómo yo sé esto? Viví 10 años en el hermoso
Iquique.
Antes de que ocurriese lo del sismo y posterior alerta de tsunami, habia cambiado mi foto de perfil por una muy antigua en la cual aparezco en un acto en la antigua Casa del Deportista (donde actualmente se encuentra Ripley), con esto recorde mis años viviendo en la tierra de campeones, caminando por la costa, viviendo el folklor del norte de manera apasionada, paseando por calle Vivar, estudiando en una escuela con piso de madera, disfrutando y amando el mar.
Debo ser honesta y decir que estos años estuvieron marcados por la precariedad y las necesidades, pero fui feliz en sus tierras, era pequeña y no necesitaba de mucho para disfrutar. Vivía en Latorre con 12 de Febrero, en una casa con una gran higuera a una cuadra de la Iglesia San Francisco. En un sector donde la gente podía dejar la puerta abierta de su casa sin temor a que alguien pudiese entrar a robar, con un negocio en la esquina de la cuadra totalmente de madera y un techo muy alto, y una botilleria donde se juntaban los borrachitos del sector durante la noche.
Debo ser honesta y decir que estos años estuvieron marcados por la precariedad y las necesidades, pero fui feliz en sus tierras, era pequeña y no necesitaba de mucho para disfrutar. Vivía en Latorre con 12 de Febrero, en una casa con una gran higuera a una cuadra de la Iglesia San Francisco. En un sector donde la gente podía dejar la puerta abierta de su casa sin temor a que alguien pudiese entrar a robar, con un negocio en la esquina de la cuadra totalmente de madera y un techo muy alto, y una botilleria donde se juntaban los borrachitos del sector durante la noche.
Con sus hermosas playas, innegable historia y su gente cálida,
era imposible no enamorarse de ese lugar. Esta ciudad tiene una magia especial
que en ningún otro lado donde he vivido lo he podido sentir. A pesar de no
nacer aquí me puedo denominar como “iquiqueña de corazón”. El pasado de esta
ciudad, el sentido de pertenencia, el amor por este histórico lugar se transmite
en todo lo que se hace. Se alienta al dragón, ya que es el equipo más popular, el 21 de Mayo es una gran celebración y se
canta el himno de la ciudad junto con al himno nacional. Somos muchos los que
no nacimos en Iquique, pero nos sentimos iquiqueños. Sabemos que es una hermosa
ciudad, olvidada por el centralismo y que se siente ajena al resto del pais: La
republica independiente de Iquique.
A toda honra me puedo decir iquiqueña de corazón, ya que
comí recortes de chumbeque, esas bolsitas de $100.- en M. Koo, hice mi primera comunión
en la iglesia San Francisco, me iba caminando a playa Cavancha en el verano,
corrí tras los pascueros en la época de navidad, aun creo que si hay un
incendio siempre vendrán dos más, subí el cerro en semana santa, vi funerales
con bandas pasar por calle Zegers hacia el Cementerio 3, comía piquichuqui, conocí la Pink Cadillac, me tiraron harina en
la cara durante el carnaval, fui a ver la octava del “lolo” (San Lorenzo) a ver
a los bailes, fui en bote a la boya el 21 de Mayo, estuve en una actividad
escolar en la antigua casa del deportista, en la noche veía el cerro para saber
la hora, baile en la Pharos, de pequeña me perdí en la Zofri, conocía a
Manolito, me revolqué en cerro dragón, baile en una diablada en la tirana, baile
en la tirana chica en plaza Arica y grite a todo pulmón “Cantemos con el alma
estremecida Iquique, Iquique, Iquique”