miércoles, 23 de abril de 2014

Tus inseguridades


La imagen de mujer independiente, consciente de sus actos, que se valoriza así misma por sus logros y sus acciones, que sabe a dónde se dirige, que se siente empoderada por no mostrar preocupación sobre la opinión de los demás y que maneja su sexualidad con la libertad de sentir placer a su antojo, queda a un lado cuando despiertas en la mañana sintiéndote débil, poco atractiva, incomprendida y fracasada.

Comenzando el día, vas al baño, te desnudas para ti misma, miras para abajo e inevitablemente sientes que hay un par de cosas que están mal en tu cuerpo,  pasas por lo menos 5 minutos detectando defectos y otros 5 imaginando como arreglarlos. Luego sales de la ducha y vez  en el espejo todas esas “imperfecciones” de tu rostro que te parecen imposibles de soportar, por eso te lavas con el jabón que las eliminara y luego usas cremas con la misma función. Partes a tu pieza para vestir ese cuerpo recién bañado con ropa que se te hace difícil escoger, ya que, de alguna manera todo te recuerda esos errores que debes arreglar en tu fisionomía.

Ya en la calle te enfrentas a un espacio que no está hecho para que camines orgullosa de quien eres. Si temprano, en la mañana, lograste sentirte bien al vestirte y caminas con esa actitud, no falta quien te mira con ganas de desvestir tu esfuerzo, tomar tu orgullo y penetrarte con él.  Si te pintas demasiado o si te vistes de manera llamativa, eres un objeto disponible para ser mirado y comentar sobre él. En el trabajo das tu mejor esfuerzo, pero sientes que siempre sale todo mal. Sientes la frustración de que a pesar de tener una profesión no te sientas como tal. Te comparas con tus pares y ves como ellos avanzan, pero ves sentada allí mismo sin comprender que está pasando.

Por las noches sales a divertirte, pero despiertas con la sensación de vacío. Tienes que aguantar que te digan maraca por acostarte con el hombre que deseabas y por haber sido tu la que tomara la iniciativa. Tienes miedo de contar tus inseguridades por el miedo de mostrarte débil enfrente de los demás, por el miedo de que ningún nombre se te acerque por que encuentra que eres un imán para los dramas, lo cual lógicamente ellos no quieren.

Las inseguridades te invaden mientras reflexionas en las noches con tu almohada, pero tienes que guardártelas y comértelas en lo posible, así nadie pondrá en duda tus capacidades y tu valor como mujer.

Todo lo anterior no significas que pases tu vida con el miedo como guía o que la mayoría del tiempo lo pases temerosa, es mas tu naturaleza siempre fue libre, jamás de acomplejaste por tu cuerpo, jamás importo el que dirán, nunca tuvo importancia lo que más hicieran. Pero pasaron los años y te sientes un tanto perdida. Han ocurrido catástrofes en tu alma que en momentos sientes que no puedes soportarlas.

Agradeces que solo sean un par de días al mes en los que te calientas la cabeza pensando tonteras. Entre la TV, tu familia y la presión social de no ser ese maniquí perfecto de 27 años, vuelven confuso el despertar.

Eres más inteligente que esa proyección que desean que seas, eres bella con esos detalles que te hacen única. Jamás cambiaras tu naturaleza, jamás serás plástico reluciente, eres mucho mejor que eso.  Y a pesar de que no lo busques ya llegara un hombre que te valore con risa estrepitosa, tus borracheras,  tus odios, tus locuras. Te valorara por tu inteligencia, tu escondida, pero enorme capacidad de amar, tu rabia que usas para proteger tu herido corazón y tus inseguridades que jamás opocaran lo hermosa que eres. 

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