miércoles, 9 de abril de 2014

La Olguita Marina que llevo dentro



Hace unos días siento algo extraño en mi interior, algo en mi cuerpo y en mi alma, pero especialmente en mi garganta: algo así como un ahogo. Ganas de viajar, de pescar mi mochila mochilera tomar un bus y conocer otros lugares. De disfrutar de la compañía de nuevas personas y ver lugares que jamás he visto. A pesar de haber vuelto solo hace un mes a la realidad de una rutina con horarios y compromisos y de haber vivido 5 meses en el pueblo turístico más famoso de Chile, quiero “pegarme una arrancada”.

En Chile, comúnmente a esto le llamamos un ahogo al estilo Olguita Marina, quien era un personaje de la teleserie Sucupira transmitida hace casi 20 años atrás en TVN. Este personaje destacaba por sus “ahogos” que la hacían arrancar (principalmente a Antofagasta) para ver a sus amigos, conocer nuevos, bailar, carretear, dejando a su marido solo, el cual no comprendía su ritmo de vida, pero a la vez no podía soportar la independencia de su mujer e intentaba suicidarse en cada ahogo al creer que ella no volvería.

A estas ganas de arrancar de las obligaciones, bailar, viajar, conocer gente nueva y disfrutar de la vida sin ataduras los machistas lo llamarían ganas de “maraquear”, pero no entienden que son solo ganas de tomar la vida y disfrutar de ella como si fuera agua fresca en el desierto. Es más, la misma actriz que interpreto a este personaje, Carmen Disa Gutierrez, afirma que “Olguita” amaba mucho a su marido y que sus arranques jamás fueron para engañarlo si no para disfrutar de lo que con el no podía.

A los 8 años (edad que tenía cuando emitieron esta novela) no pude comprender lo transgresora que era esta mujer al despreocuparse del que dirán de las “viejas del pueblo” (hermanitas Linero), ya que además de viajar también se vestía y maquillaba de manera llamativa. Ahora con los años también comprendo que llevo parte de ella en mí, viviendo despreocupada de lo que los demás podrían opinar de mi rareza  e incluso un par de veces termine con un pololo solo para poder viajar o disfrutar de nuevas locuras.

En la actualidad, el poder adquisitivo, el lograr ser profesiones, el aplazamiento de la maternidad, el desarrollar una carrera, la independencia y un sinfín de cosas que han cambiado en los últimos años, han hecho que las mujeres podamos darnos estas libertades sin culpas en nuestros hombros  y sin depender de nadie para cumplir con el sueño de dejarlo todo para darnos un tiempo para nosotras.

Ahora si somos realistas, tenemos que darnos cuenta que vivimos en un país que trata de aparentar igualdad de géneros, lo cual es totalmente falso, ya que en general los hombres machistas de este país les tienen miedo a la mujer independiente que puede viajar libre, sonreírle a un extraño, se arregla para ella, puede decir una chuchada si es necesario y abrazar la vida con fuerza y pasión, ya que es la única que tiene. Esto ocurre, como lo dije anteriormente, porque la mayoría de ellos siente que esas mujeres pueden dejarlo o meterse con cualquier otro, pero esto se basa solo en su inseguridad ya que saben que no pueden entregarles lo que ellas necesitas; Por lo mismo siempre escogen a la sumisa y simple del grupo.  Aunque hay que aplaudir a Don Segundo (esposo de Olguita Marina) , ya que se arriesgó al amar a una mujer tan libre como ella.


En lo que a mi humanidad respecta, si algún hombre se arriesga a tener una relación seria conmigo solo espero que entienda (como dijo Carrie Bradshaw) que “quizá algunas mujeres no están hechas para ser domesticadas. Quizá solo necesitan correr libres hasta que encuentren alguien igual de salvaje que corra con ellas”.

4 comentarios:

  1. Lo mas notable es que Don Segundo ya iba a sexagenario y pudo cortejar a una treintona Olguita Marina, quien con sus ahogos seria una potra dificil de domar en estos dias.

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