Hoy por la noche iba caminando sola hacia mi casa y tuve una
fantasía: te veía desde lejos y una sonrisa se apreciaba de nuestros rostros.
Nuestros caminos se cruzaban en una esquina e inevitablemente nos encontramos
de frente. Te decía “hola” y tú me abrazabas. Teníamos tanto de que hablar que
inconscientemente caminamos juntos hacia ninguna dirección. Nos perdonamos, nos entendimos, ahora estamos
distintos, somos más grandes, hemos crecidos en caminos diferentes, pero somos
mejores personas. Te cuento un poco de mi vida y como lo solías hacer te ríes
de los detalles innecesarios que comento en mis narraciones, y te sorprendes de
mis nuevos planes, e incluso siento que estas orgulloso de quien soy ahora. Me
cuentas de ti hacía muchos años que no me enteraba de que es lo que ocupas tus
día, no me parece interesante pero me agrada que estés bien y mis labios te
demuestran mi felicidad. Nos damos cuenta que estamos caminando hacia ningún
lugar y tomamos rumbo hacia el atardecer, esperamos hasta el último color del
arrebol y en silencio respiramos la paz del momento. Sin comentarlo volvemos a
nuestro punto de encuentro haciendo referencia del clima, del tiempo, del
universo y el infinito. Finalmente nos dimos ese beso pendiente, ese último
beso que no logramos concretar en su momento. Sabemos que es una despedida, te
abrazo fuertemente y logro por fin decirte adiós.
guau hahahahahaha
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